Asunto testimonio.
El exatrarradio ya no respiraba.
Esa noche, el coche fue su lecho.
Aprendió a querer aquellas señales perturbantes,
Así pues le daban compañía.
Todo lo que tenía, una atmosfera:
Describía su vida y proyectaba su ira.
Ruido escondindo verdad,
Demasiado dado para un sueño, que se gira.
Moléculas ardientes a flor de piel,
Portador del síndrome del querer,
Mal estar, sin paso atrás,
Atascado ahora como el que más.
Ya no había atenuación posible.
Si el dolor estaba escrito,
en el sufrimiento de lo establecido,
alguien robó el pergamino.